#Memoria
JAVIER ORDOÑEZ
Javier Humberto Ordoñez Bermúdez, ciudadano colombiano de 44 años; padre de dos niños, uno de 15 y otro de 11; ingeniero aeronáutico y estudiante de Derecho de La universidad Cooperativa de Colombia, de la cual estaba a punto de graduarse.
El día 8 de septiembre del año 2020, fue víctima de abuso policial. En horas de la madrugada; el señor Javier salió de su residencia, en el Barrio Villa Luz, en el noroccidente de Bogotá; acompañado de su amigo Andrés Salazar, se dirigían a comprar más bebida para la ocasión; ya que estaban compartiendo una noche de tragos con amigos. Durante el trayecto se encontraron con dos policías, los cuales les requirieron los documentos de identidad; pero en ese momento ninguno llevaba sus papeles; así que, como uno de los agentes ya había tenido altercados con la víctima, este aprovechó la condición de indocumentado del señor Javier, para no solo retenerlo, sino hacer uso excesivo de fuerza, sometiéndolo en el piso, utilizando una sus armas, que en este caso fue un Taser, ocasionándole de 5 a 6 descargas eléctricas. Después de este suceso, los agentes deciden llevar a Javier al CAI más cercano del lugar en el que se encontraban, donde allí la tortura no ceso, sino que, al contrario; lo empiezan a agredir física y verbalmente, propinándole un golpe en la parte frontal derecha de su cabeza, que consecuentemente lo llevó a su muerte.
Por: Juliana Rojas
Por: Julián Arana Hace varios días una persona muy cercana me preguntaba por qué continúan las marchas si habían retirado la reforma y renunciado el ministro Carrasquilla. Desde su perspectiva ese era el problema fundamental y no tenia mayor sentido sostener un paro que afecta a todo el país, tal vez por hacerle un favor a algún político o simple animadversión con el gobierno. Creo que ni ella ni yo entendemos a cabalidad el actual remolino de acontecimientos. Eso sí, recuerdo, como en el año 2017 emprendimos la tarea de promover lo que dimos en llamar “paro indefinido desde el SUR”, junto a cientos de organizaciones y pobladores agotados colectivamente por el abandono, el empobrecimiento, la segregación y la violencia característica de estos territorios periféricos de Bogotá. En aquel momento la crisis permanente del basurero de doña Juana fue el motor principal, pero el horizonte, como siempre, ha sido el pago de la deuda social, ecológica e histórica que mantienen las elites pú...
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